En tiempos donde el contenido viral parece girar en torno a bailes, retos o polémicas, aparece una figura que rompe el molde con una propuesta distinta, poderosa y profundamente humana: Camilo Cifuentes, un joven que decidió usar sus redes para cambiar vidas… sin necesidad de mostrarse.
Su frase emblemática —“Yo afán no tengo”— se ha convertido en un símbolo de esperanza para miles de colombianos que han visto en él una luz en medio de la rutina, la desigualdad y el olvido.
Un influencer con propósito
Camilo no busca seguidores, tampoco contratos de marcas ni fama. De hecho, prefiere mantenerse en el anonimato, ocultando su rostro en cada video. ¿La razón? Él no quiere ser el protagonista. Quiere que las historias sean de quienes realmente lo necesitan: vendedores ambulantes, personas en situación de calle, emprendedores olvidados por el sistema.
Con una sencillez desarmante, Camilo camina por las calles acompañado por su madre, su hermano y su novia, en busca de personas a quienes tender la mano. Compra productos a vendedores, los regala a otros necesitados, dona dinero, escucha historias, da abrazos, y lo hace sin esperar nada a cambio.
“Yo afán no tengo”: más que una frase, una forma de vivir
En una sociedad que corre con prisa, que mide el valor de las personas por sus logros y apariencias, Camilo decidió caminar a otro ritmo. Su famoso dicho —“yo afán no tengo”— es casi una bofetada amorosa al sistema.
Él no tiene afán de ser famoso, ni de subir en los algoritmos, ni de aparecer en medios. Su único afán es ayudar. Y eso lo convierte en un referente silencioso, pero poderoso.
Un ejemplo que contagia solidaridad
Uno de sus gestos más virales fue cuando compró todas las fresas a una joven emprendedora en Medellín. El video se volvió tendencia y, gracias a eso, las ventas de la vendedora se multiplicaron los días siguientes. Así funciona la magia de Camilo: una acción pequeña con impacto enorme.
Sus seguidores no solo observan; muchos han comenzado a ayudar también. Su comunidad se ha transformado en una red de apoyo que trasciende pantallas y fronteras.
Ayudar sin cámaras, sin fama, sin ego
Camilo no tiene una fundación ni un eslogan comercial. Su misión es pura: hacer el bien, de forma callada pero efectiva. El dinero es lo de menos, dice en varios videos, mientras entrega billetes a quien lo necesita. Pero lo que realmente entrega va más allá: confianza, dignidad, fe en el otro.
Y aunque no lo diga directamente, Camilo Cifuentes está construyendo un mejor país, uno acto de bondad a la vez.
“Yo afán no tengo… pero sí tengo ganas de ayudar”
Esta frase debería estar pintada en murales, en colegios, en redes, en corazones. Porque no se necesita tener mucho para ayudar, solo voluntad. Camilo es prueba de eso. Es un joven con alma grande, que demuestra que el verdadero cambio no necesita reflectores, sino intención.
¿Te inspiró la historia de Camilo?
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Recuerda:
“El tiempo que se invierte en los demás nunca es tiempo perdido.”
Síguelo en TikTok como @camilocifuentes96
Y si tú tampoco tienes afán, únete a su causa: ser mejores humanos.
@camilocifuentes96 Repartiendo fresitas con crema en la calle. Su TikTok @Ojo Dulce🍓 #paratii #foryoupage #videoviral ♬ sonido original – Camilo Cifuentes
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